Las plantas medicinales, piedras y objetos que son propios de la Tierra es lo que normalmente usan los curanderos, pero aparte el paciente pone la otra mitad, que es la predisposición para curarse.
En cada tribu de la Amazonia ecuatoriana hay un chamán. Elegido en teoría por sus poderes excepcionales y en la práctica de forma hereditaria o porque es el único dispuesto a asumir esta responsabilidad, en apariencia es uno más. Puede tener familia como los demás, o beber chicha durante las fiestas, pero es a la vez muy respetado por todos, que van a verlo en busca de pociones naturales curativas cuando la medicina tradicional disponible no es suficiente.
La limpieza y curación se realiza a base de ayahuasca y otros brebajes, todo bajo la predisposición de los visitantes